Multitudinaria y en televisión: recordamos la histórica coronación de la Reina Isabel
Si hay una persona que ha conseguido marcar un antes y un después en la historia del Reino Unido por encima del resto ha sido, sin duda alguna, la Reina Isabel. Antes de tener lugar su triste fallecimiento durante el pasado mes de septiembre, la soberana logró hacer historia en su país natal al llevar a cabo un reinado de más de 70 años, motivo por el que fue una de las personas más queridas tanto para los británicos como para gente de todos los rincones del planeta. Sin embargo, para recordar sus inicios al frente del trono inglés hace falta viajar en el tiempo hasta el 2 de junio de 1953, cuando la Abadía de Westminster se vistió de gala para convertirse en el escenario perfecto de un evento que pasaría a formar parte de la historia de la monarquía: la coronación de Isabel II.
La Reina Isabel II en el día de su coronación. / Gtres
Como no podía ser de otra manera, la jornada mencionada estuvo marcada por una gran pompa repleta de tradiciones británicas y símbolos que han sido una parte fundamental de la Familia Real británica durante siglos. Una serie de celebraciones gracias a las que se creó un hito especialmente memorable dentro del clan Windsor y también en el pueblo británico y a lo largo y ancho del globo, ascendiendo al trono la hija de Jorge VI y Isabel Bowes-Lyon después de que su progenitor falleciera y de una manera un tanto anticipada y repentina, aunque dotada de un gran entusiasmo.
La Reina Isabel II en el día de su coronación. / Gtres
Dada la importancia de la cita, la ceremonia de coronación de la madre de Carlos III tuvo tanto magnitud como complejidad a partes iguales, contando con un sinfín de invitados entre los que estaban mandatarios extranjeros, miembros de la nobleza británica y representantes de la iglesia y el gobierno por aquel entonces. Y de la misma manera que ocurría con su antecesor, el acto en cuestión fue conducido por el arzobispo de Canterbury, además de otros líderes religiosos y funcionarios de renombre. Una vez fue nombrada como monarca Isabel II, no tuvo reparo alguno en prestar juramento y en comprometerse a gobernar con justicia y defender la fe cristiana, algo que hizo hasta su último aliento, defendiendo tanto el papel de la monarquía como el suyo propio en todos y cada uno de los lugares que visitaba pese a su avanzada edad.
La Reina Isabel II en el día de su coronación. / Gtres
Por otro lado, también cabe destacar que aquel 2 de junio, la que fuera esposa del duque de Edimburgo recibió la corona real, un símbolo icónico de la Familia Real británica y que en su caso se trataba concretamente de la Corona de San Eduardo, la cual databa de 1661 y había sido usada por soberanos previos a ella en su gran día, estando realizada con oro y piedras preciosas como diamantes, esmeraldas, zafiros y rubíes.
Al comenzar un nuevo reinado Isabel II como joven promesa para los británicos a la hora de mantener esperanza después de la Segunda Guerra Mundial para poder alcanzar un futuro más prospero, su coronación atrajo la atención de millones de personas a nivel mundial, las cuales no quisieron perderse ninguno de los movimientos de la hija de la Reina Madre tanto en radio como en televisión. Además, también fueron muchas las personas que no dejaron pasar la oportunidad de abarrotar las calles de Londres y de otros puntos del Reino Unido para ser partícipes de las celebraciones propias de la ceremonia, apoyando así a una Reina que desempeñó un importantísimo papel para su país hasta ser una figura respetada y admirada.